Las palabras «nativo», «endémico» y «exótico» se utilizan comúnmente en el campo de la biología y la ecología para describir la distribución y origen de las especies en un determinado lugar.
Nativo:
Especie que se encuentra de forma natural en un área geográfica específica sin la intervención humana directa. Estas especies han evolucionado y se han adaptado a las condiciones ambientales de ese lugar a lo largo de un período significativo de tiempo. En otras palabras, son originarias de esa región y forman parte de su ecosistema natural. Pueden tener una interacción ecológica equilibrada con otras especies nativas de la misma área.
Endémico:
Es aquella que se encuentra exclusivamente en una región geográfica particular y no se encuentra de forma natural en ningún otro lugar del mundo. Estas especies están altamente adaptadas a las condiciones específicas de esa región y, a menudo, se han desarrollado allí durante un largo período de tiempo por aislamiento geográfico. Su distribución restringida hace que sean especialmente vulnerables a las perturbaciones ambientales y pueden ser consideradas como tesoros de biodiversidad únicos en su área de origen.
Exótico:
O también conocidas como especie introducida o invasora, es aquella que ha sido introducida en un área geográfica donde no es nativa, ya sea de forma accidental o intencional por parte de los seres humanos. Estas especies no se encuentran naturalmente en esa región y pueden tener impactos negativos en los ecosistemas y las especies nativas. Pueden competir con las especies nativas por recursos, pueden alterar los ciclos de reproducción o propagarse rápidamente, ya que normalmente no cuentan con depredadores o enfermedades naturales que las controlen.
En resumen, mientras que las especies nativas se originan y se encuentran naturalmente en un área geográfica, las especies endémicas son exclusivas de una región específica y no se encuentran en ningún otro lugar. Las especies exóticas, por otro lado, son introducidas y no son nativas de un área determinada.